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Terremoto de chile

2010

El seísmo sacudió el 80% del territorio chileno con una intensidad de 8,8 grados, es decir, fue 50 veces más potente que el que había devastado Haití el pasado 12 de enero. Se registraron 2 millones de damnificados, y todo el Pacífico quedó en alerta máxima por un tsunami.

 

Se ha establecido que este terremoto ha modificado la altura de la montaña más alta de América: el Acongaua. El epicentro se ubicó en la costa frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura y fue percibido en gran parte del Cono Sur con diversas intensidades, desde Ica en Perú por el norte hasta Buenos Aires y São Paulo por el oriente.

 

Principales Repercusiones

El efecto del terremoto, debido a su alta magnitud, fue devastador. Gran parte de las localidades de las regiones del Maule y Biobío quedaron completamente destruidas. Fuentes oficiales cifraron el día después al desastre en medio millón el número de viviendas destruidas. Se cifró en treinta mil millones de dólares el impacto derivado de las tareas de reconstrucción.

 

Los servicios de salud se vieron gravemente afectados en toda la zona centro y sur del país debido a la antigüedad de las edificaciones y la magnitud del sismo. Los hospitales de Curicó, Talca, Chillán, Hualañé y fueron evacuados exigiendo trasladar a sus pacientes a otros centros hospitalarios o bien atenderlos en hospitales de campaña. Por su parte el Hospital Félix Bulnes de la Capital también debió evacuar a sus pacientes por deficiencias estructurales.

 

Minutos después de ocurrido el terremoto, en diversas ciudades afectadas se produjeron robos y saqueos a tiendas comerciales, edificios y viviendas, especialmente en aquellas más afectadas, aprovechando los daños físicos, los muros caídos, la huida de los propietarios hacia los cerros y la falta de suficiente presencia policial. 

 

La red de distribución de energía eléctrica fue una de las primeras en colapsar debido a la caída de postes, corte de cables y otros incidentes en algunas subestaciones. Ante la ausencia de la energía eléctrica, colapsaron también servicios que dependían de ésta como la telefonía móvil, la telefonía fija y el suministro de agua potable en lugares donde requerían el uso de bombas.

 

La cordillera próxima a la costa, situada entre los paralelos 35º y 38º se convirtió en el lugar elegido por miles de personas provenientes de las localidades costeras para refugiarse de los posibles tsunamis provocados por las constantes réplicas que inmediatamente después del terremoto empezaron a producirse. El número total de desplazados provenientes de las regiones del Maule y del Biobío que eligieron los cerros cercanos a sus hogares como refugio se estimaba en más de 500.000 personas aunque no existía una cifra oficial. 

 

Para el sábado 27 estaba prevista la sexta y última noche del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, la cual fue suspendida por el terremoto y sus constantes réplicas. Así, el evento musical más importante del país fue suspendido por primera vez en cincuenta años de historia. Otros eventos culturales y deportivos de gran relevancia fueron también clausurados. 

 

El día 4 de marzo, la entonces presidenta Michelle Bachelet dispuso que el horario de verano en todo Chile se extendiera, por ese año, hasta las 24 horas del sábado 3 de abril. Este cambio fue pensado para facilitar las labores de los rescatadores, la retirada de escombros, y en general para aprovechar mejor la luz diurna. 

 

Se criticaron duramente los errores en el Sistema de Alerta ante este tipo de acontecimientos, más concretamente del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA). Proporcionó información ambigua que impidió la adecuada prevención y gestión del desastre. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ayuda Humanitaria

Apenas conocida la noticia del devastador terremoto a lo largo del planeta, los diversos gobiernos y organismos internacionales manifestaron su solidaridad con Chile. Aún cuando los mayores gestos provinieron de los países cercanos y con mayores relaciones con Chile a lo largo de su historia, incluso gobiernos que no mantienen relaciones con el país entregaron sus condolencias y su apoyo, como el caso de Abjasia, Kosovo y el Sáhara Occidental. 

Dos días después del terremoto, el embajador chileno solicitó formalmente en Ginebra la ayuda de la ONU y el envío de equipos de dicho organismo para la evaluación de daños así como asistencia para ayudar a las víctimas. 

 

Los gobiernos de Argentina, Brasil, Cuba, Perú y los Estados Unidos apoyaron de inmediato a las autoridades chilenas, enviando víveres, personal médico y humanitario, además de hospitales de campaña localizados en las zonas afectadas.

El gobierno boliviano envío toneladas de agua en pocas horas a las ciudades siniestradas, mientras México envió personal para establecer centros de potabilización de agua. Argentina además sextuplicó el envío de gas natural a Chile para que pudieran descomprimir la demanda por diésel para las centrales termoeléctricas. Alemania, Japón y Suiza, en tanto, enviaron equipos especialistas para poder apoyar las labores de rescate y de reconstrucción.
Los presidentes de Brasil y Perú, Lula da Silva y Alan García, viajaron personalmente a Chile para poder entregar sus aportes a las labores de socorro y reconstrucción, al igual que la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton.

 

En los días siguientes al terremoto, se organizaron diversas campañas solidarias. Los canales de televisión y otros medios de comunicación organizaron espontáneamente grandes colectas de alimentos para los damnificados del terremoto. El voluntariado, sin embargo, fue una de las principales fuentes de ayuda humanitaria a las zonas devastadas. Miles de jóvenes se organizaron en conjunto con asociaciones deportivas, políticas, religiosas y académicas para organizar colectas, recoger donaciones de alimentos, vestuario y alimentos de aseo.

 

En tanto, la Asociación Nacional de Televisión, el Gobierno de Chile y las fundaciones Teletón, Caritas Chile, Fundación para la Superación de la Pobreza, Un Techo Para Chile y Hogar de Cristo, organizaron una teletón especial durante los días 5 y 6 de marzo con el fin de juntar fondos para los damnificados. 

 

 

 

 

 

 

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